¿QUÉ SUPONE PARA ESPAÑA LA PÉRDIDA DE SUS ÚLTIMAS COLONIAS?
En 1898 España
perdió las últimas colonias, Cuba, Puerto Rico y Filipinas, como
resultado de los deseos independentistas de sus pueblos, la política
imperialista de EEUU y de incumplimiento de las promesas españolas dadas en la
Paz de Zanjón.
El tratado de París supuso para España, en el ámbito internacional, la perdida de sus últimas colonias, pasando a ser una potencia de segundo orden. Posteriormente, España intenta
compensar este fracaso con la explotación de Marruecos, gracias a la
Conferencia de Algeciras. En lo económico, la pérdida de las colonias
afectó a las exportaciones textiles catalanas y a las importaciones de materias
primas baratas, lo que supuso el
agudizamiento del déficit, que llevó al incremento
del proteccionismo. En el ámbito político, esta pérdida supuso el tambaleo de la
Restauración, con un desprestigio del sistema político canovista, la aparición
de ideas regeneracionistas y el fortalecimiento de los movimientos
nacionalistas. En el ámbito moral y anímico, la derrota provocó un importante impacto
psicológico entre la población, ya que la derrota sumió a la sociedad y a la
clase política en un estado de desencanto y frustración, porque significó la
destrucción del mito de Imperio español. En este contexto, surgió un movimiento
artístico denominado generación del 98, en el que escritores plantearon
un proceso de reflexión sobre los males de España, y cómo solucionarlos,
alejándose de la España real y oficial, y buscando las causas del atraso de
España respecto a Europa.
Firma del Tratado de París (diciembre de 1898) |
Conflictos durante la Semana
Trágicade Barcelona, julio 1909
|
El Desastre del 98 supone el inicio de la crisis de la Restauración, que estará marcado
por tres sucesos: la Semana Trágica de Barcelona (1909); la Huelga General de
1917, inspirada en la reciente revolución rusa; y el desastre de Annual (1922).
En este clima de
crisis e inestabilidad, se desarrolló un movimiento intelectual y político,
conocido como regeneracionismo, que inició un debate acerca de las causas de la decadencia
de España y cómo superarla. Entre sus figuras principales resalta Joaquín Costa, quien propugnaba olvidar las glorias pasadas, mejorar
la explotación del campo y la educación y un cambio en el sistema político para
atajar los males del país. Para ello propuso una profunda reforma de todas las
estructuras del país: las políticas, acabando con el caciquismo y la
oligarquía; las económicas, desarrollando una política hidrográfica y
modernizando la agricultura; y las sociales, utilizando la educación para
combatir el atraso cultural.
La pérdida de las últimas colonias supone para España un intenso debate sobre las
responsabilidades de la guerra, y un revisionismo político que se tradujo en
una crisis política y moral. Esta derrota significó el inicio de un nuevo periodo en el que se planteó la necesidad
de afrontar una reforma política, social y económica del Estado. Este periodo
de crisis supuso el inicio de la inestabilidad de la Restauración, desembocando
unos años más tarde en la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930).
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